Oido

¡Basta!
El murmullo se vuelve insoportable, atrapado en estas paredes; su voz me persigue, no me abandona, incluso por las noches creo oírlo, susurrando, muy cerca de mi, como si se hubiera deslizado entre las sábanas para recordarme que le pertenezco.
-Eres por mí y para mí. una y otra vez estas palabras vienen a mí, como un eco, infinito.
-Eres por mí y para mí; es todo lo que oigo ahora, es todo lo que oiré en tanto no pueda escapar de ti.

M.A.P.